El buen Kike, uno de nuestros lectores, se inspiró en el desmadre que nos traemos aquí y nos dedicó un artículo especial sobre la lenchez al que tituló Safo! Kike publica una revista online de lo más entretenida, que se llama Gosh! que se puede descargar desde su blog, por supuesto se los recomiendo. Le pedí permiso para compartirles este artículo porque no sólo fue divertido, sino además ilustrativo desde el punto de vista lencho-histórico. Espero que lo disfruten.
Cuenta un chiste: ¿Sabías que el lesbianismo es causado por una enzima? Claro, por una enzima de la otra. Jejeje. Bueno, eso es lo que me han contado, en realidad, hay ocasiones en las que me doy cuenta que de lesbianas sé lo mismo que de fútbol. ¿Por qué será?
Eran los tiempos de la antigua Grecia, tiempos de gloria mitológica, tiempos de Hércules, de Aquiles, de átomos y de etimologías... Estaba la poetisa Safo en el gineceo de la isla de Lesbos, comiéndole el coño a una de sus más dedicadas y pispiretas estudiantas de Introducción a la Métrica Poética, cuando una fugaz epifanía cruzó por su mente... Dejó un momento tan lúdica ocupación, limpióse delicadamente los labios con el vuelo de su capa y volteando a ver la cara de su deleitada alumna, le preguntó: "¿Tú crees que algún día alguien se acuerde de mi?", a lo que la ansiosa y poco cortés alumna seguramente le respondió "Ay we, qué preguntas haces... si ya todas las chicas, we, cuando quieren una comida de coño, aplican la sáfica, we... eres supermegafamosa, we..."
Por un momento deben haberse visto a los ojos en silencio, con una repentina melancolía inundándolas y retornaron a sus lúdicas ocupaciones lésbicas. Y es que, tristemente para ellas, lo que pasaba en el gineceo, se quedaba en el gineceo.
¿Por qué se miraron melancólicas? ¿Por qué esa tristeza? Quizá porque Safo conocía muy bien el lugar que no sólo como lesbiana, sino como mujer, ocupaba en la sociedad que le tocó vivir.
Safo era una mujer cultivada. Y como tal, debió tener nociones de historia antigua. Aún eran tiempos en los que la historia antigua en realidad era historia "a secas". Por lo mismo, debió conocer las leyendas y la tradición oral que relataba los inicios de la humanidad. ¿Y por qué dichas historias deberían ponerla melancólica?
Antes de que la historia existiera, existió la prehistoria. En la prehistoria, el ser humano respondía a instintos e ideas muy básicas. Y uno de sus instintos más básicos era la supervivencia. El primer paso para la supervivencia, fue la creación de la sociedad. La sociedad primitiva consistía en manadas o clanes familiares, muy símiles a las manadas de leones. ¿Y quiénes liderean las manadas de leones? Las leonas, señoras y señores. Las leonas.
Pero ¿Por qué las mujeres lidereaban a las manadas de humanos? Los hombres se pasaban todo el día en el campo, cazando mamuts y tigres dientes de sable. No tenían mucho tiempo para pensar. Las señoras se quedaban en la aldea y se dedicaban a las labores propias de su sexo. A cultivar. A platicar. A preguntarse cosas. Y a investigar las respuestas de sus preguntas. En cierto momento, cayeron en cuenta de la analogía entre la fertilidad de los campos que dan frutos y la fertilidad de la mujer que da hijos y se dieron cuenta del tremendo poder de las mujeres, ya que eran ellas el campo fértil del cual los seres humanos nacen. Las mujeres obtuvieron un gran poder durante este tiempo. Ellas eran las supremas sacerdotisas de la vida y la fertilidad. La analogía Madre Tierra / Madre Mujer lo era todo. El mundo era un matriarcado.
¿Pero qué pasó entonces? Conforme las sociedades se complejizaban, los roles sociales también evolucionaron. Ya no se trataba de que TODOS los hombres de las tribus salieran a cazar... Unos cazaban y otros administraban. Y cuando el hombre se dio el tiempo de pensar, no le gustó lo que vio. ¿Por qué la mujer debía tener todo el poder? Evidentemente, él era quien fertilizaba la tierra y sin él, la mujer era un campo estéril, ¿no? Bueno, esas cosas y más, el hombre comenzó a pensar. Y poco a poco, el hombre comploteó contra la mujer. Comenzó a invadir los ámbitos que ésta dominaba: la religión, el liderazgo político.
Y así fue como, gradualmente, con el paso de los años (no lustros ni décadas, hablamos de cientos de años), la mujer ni cuenta se dió, cuando se encontró encerrada en su casa, llena de hijos, sin derechos políticos, sociales, ni personales y subordinada a un hombre.
Safo lo sabía, no era tonta. Y por lo mismo, sabía que difícilmente algún día llegaría el día en que su trabajo sería reconocido a la par que el trabajo de los hombres. De sus poemas, pocos han llegado a nuestros días y más que la belleza que pudiera emanar de ellos, a Safo la recordamos por un mero detalle de su vida: era lesbiana y lo plasmó por escrito. El amor de una mujer por otra. Y gracias a ella y sus poemas, las mujeres lesbianas contaron con uno de los poquísimos privilegios que han tenido a lo largo de la historia, tuvieron un nombre con el cuál referirse a ellas: sáficas, de Safo de Lesbos. Lesbianas.
Menudo privilegio, deben pensar. Pero tomemos en cuenta que a lo largo de la historia, las lesbianas debieron enfrentar una doble invisibilidad, la de ser mujeres y la de ser lesbianas. Las invisibles dentro de las invisibles.
En una sociedad falocrática como la que rige este mundo, el pene es la representación del poder, el resumen de la esencia masculina que gobierna la sociedad y todas sus facetas, entre las que se cuenta la sexualidad. Durante la Edad Media, periodo en el que se estableció la lista de pecados con los que la iglesia católica ahora nos agobia, se determinó que la sodomía sería castigada con hoguera y azotes y toda la parafernalia, pero se determinó que el coito immisio veretri (penetrativo) era indispensable para hablar de sodomía. Entonces... ¿y si dos mujeres realizaban actos impuros entre ellas? En su inmensa arrogancia falocentrista, acabaron por determinar que primero, investigarían si la susodicha utilizaba utensilios de formas fálicas para complacerse o complacer a su compañera de pecado... y en caso que no, un examen ginecológico determinaría si una de las dos tendría un clítoris muy grandote que pudiese usar como símil de un pene con otra mujer y de esa manera, poderla procesar como sodomita en toda la regla... a ese grado llegó la fijación fálica. Finalmente, si no había nada fálico involucrado... sólo las rapaban y las dejaban en paz. O las acusaban de brujería (aunque por lo regular para esto último, involucraban un coito penetrativo con el diablo).
Y es que un hombre en realidad jamás ha podido imaginar que dos mujeres puedan disfrutar un acto sexual sin penetración. Es tal su arrogancia, que consideran al pene un todopoderoso dador de placer sexual, indisplensable si se desea alcanzar un orgasmo. Bien decían en la época victoriana, para excusar la falta de legislación contra el lesbianismo (a diferencia de la durísima penalización de la homosexualidad masculina), "¿Qué pueden hacer dos mujeres solas en una habitación?"
Las lesbianas, al ser mujeres, nunca fueron relevantes ni de interés de los científicos. Los pocos estudios que existían hasta antes del siglo XX se limitaban al estudio de la homosexualidad masculina. Fue hasta los primeros movimientos de liberación sexual de finales del siglo XIX que las lesbianas comenzaron a tener cierto protagonismo. La Alemania de pre-guerras fue la cuna de los primeros movimientos de este tipo, al contrario de lo que se cree con la revolución sexual de los años 70 del siglo XX.
Los colectivos homosexuales, al verse pequeños, buscaron aliados, y las primeras en apuntarse al conglomerado de movimientos, fueron las feministas, entre cuyas filas aparecieron las lesbianas, tanto tiempo ignoradas. Juntos, lucharon por hacerse escuchar. Y por primera vez, las lesbianas tuvieron protagonismo histórico. Participaron con las sufragettes en Inglaterra para la exigencia del voto femenino. Dirigieron simposiums y congresos en Alemania, Francia e incluso en Estados Unidos.
Lamentablemente, con las guerras mundiales, todo el trabajo científico y social realizado en Europa se perdió y tuvieron que empezar casi de cero. Pero es también cuando comienzan a tener figuras públicas que les dan fuerza moral, al menos, como roles a seguir. Aparecen Mae West, Joan Crawford, Bette Davis, quienes demuestran a las masas, por primera vez, que una mujer no tiene que ser sumisa y abnegada. Las mujeres también pueden ser dominantes. Nacen los estereotipos también, siendo que Joan Crawford se vuelve el primer referente de machorra, con lo cual, para bien o para mal, las lesbianas entran de lleno al imaginario social de la masa (con mala pata, claro está).
A mediados del siglo XX, aparecen los primeros estudios serios de la sexualidad, con personajes tales como Kinsey, o Masters and Johnsons. Es en este momento de la historia en que se realiza un enormísimo descubrimiento histórico (que las lesbianas llevaban siglos sabiendo, claro está): hay más tipos de orgasmos, además del vaginal, ya que se descubre el orgasmo clitorídeo... y el mundo lésbico nunca volvió a ser el mismo. Y claro, que fue aquí cuando nos cayó el veinte... "¡Ahh, entonces ESO es lo que hacen dos mujeres solas en una habitación!"
En los 70's, las lesbianas hicieron otra aparición en público... y nuevamente, no fue la mejor posible... se popularizó el cine porno con lesbianas dándole con tooooodo... pero claro, para deleite masculino. Y es que, dado que la mujer siempre ha sido vista como objeto, el hombre no podía dejar de disfrutar tener no uno, sino dos objetos al mismo tiempo para su deleite. Y aquí surge la pregunta... ¿Por qué un hombre siente tanta repulsión y/o asco hacia el acto homosexual masculino, pero le importa tan poco que una mujer se acueste con otra (incluso, le excita la idea)?... Hasta Diego Rivera lo decía, le perdonaba a Frida Kahlo que se acostara con cualquier mujer, pero ay de ella que se acostase con un hombre, pues no se la acababa.
La respuesta, de nuevo, es más simple de lo que uno cree. La mujer ha sido y se considera un ente inferior, producto de esa misoginia derivada del miedo a perder el poder que los hombres lograron al emanciparse del matriarcado prehistórico. Cuando un hombre actúa con atributos femeninos (no ser afeminado per se, sino actos socialmente definidos como femeninos, como ser penetrados o dominados sexualmente por otro hombre), subconscientemente se asocia ese acto al desperdicio o incluso, desprecio de ese individuo a su poder como varón. Y el poder se conserva a través de la cohesión. Así que si un hombre actúa en contra la hegemonía del status quo de poder establecido, es excluido de la cúpula masculina e incluso, vejado y despreciado ("anda, quieres ser mujer, serás tratado como tal"). Y si dos mujeres se ensalzan en un acto lésbico... qué más da, si ninguna de las dos tiene ningún tipo de poder social, no importa.
A medida que el tiempo ha pasado, las lesbianas han logrado por fin obtener una mejor imagen pública e incluso, han redoblado su participación en la esfera pública y en el actual desarrollo de las acciones que el colectivo homosexual ha comenzado. Fue una lesbiana la primera en desclosetarse en televisión, en Prime Time. Fue una pareja de lesbianas, la primera en casarse en Estados Unidos. Fue una legisladora lesbiana la primera en discutir y proponer una agenda de derechos homosexuales en México. Fue una pareja de lesbianas la primera en obtener una custodia infantil como pareja del mismo sexo en España. Y nadie duda que ellas son un importante pilar del movimiento homosexual del mundo.
Como nota personal tendría que acotar que a las lesbianas siempre les habré de admirar su espíritu de lucha y el tremendo poder de voluntad que han requerido para vencer la doble invisibilidad social de mujeres y homosexuales. El mismo gremio homosexual ha actuado, por mucho tiempo, con indiferencia o incluso con desdeño hacia las mujeres. Y es que bien dicen, que no hay peor discriminador que el discriminado.
Y weno, además, han sido algunas lenchas las que me han dado algunos de mis momentos más divertidos. Como escuchar hablar de los labios de Angelina Jolie y las múltiples fantasías orales que despiertan en la comunidad lencha (inserte aquí la imagen de montón de mujeres suspirando nerviosas mientras ponen su mano en su busto sudado y agitan presurosas y nerviosas su abanico). O aquellos debates entre las clasificaciones de lenchas y jotas. Sacar a relucir los estereotipos de cada gremio suele ser divertido. Dicen que si uno no puede reirse de un insulto (en este caso, un insulto social), te lo mereces!
Ahh... cómo olvidar a las lenchas lipsticks... aquellas lenchas lindas, cute, con cuerpos superhot tipo Pamela Anderson y rostros de modelo de Lancome... típicas de los antros cancunenses en springbreak... o las lenchas camioneras, las famosísimas butchies, como la guardia de seguridad de la Cruz Roja en Veracruz... je... Personalmente, uno de mis personajes lenchos favoritos EVER ha sido el personaje de "Ellen" en la serie "Son of the Beach", dónde ella es una butchie que viste camisas de franela roja a cuadros sin mangas y tanktops blancas, pelo corte militar, y atiende un puesto en la playa de "Tacos de Pescado de Ellen" a donde B.J. Cummings, la sexy straight salvavidas tipo Pamela Anderson (pero el triple de pendeja), acude siempre en busca de consejo a sus tribulaciones existenciales (y donde Ellen siempre le dice "y qué, BJ, ¿cuándo te comes un taco de pescado conmigo y las chicas?").
En fin... qué bueno, este escrito no pretende ser serio, históricamente exacto, o académicamente eximio. Lo he escrito en base a muchos libros que he leído con el paso del tiempo y los cuales ya no tengo en mis manos, así como en conversaciones y discusiones con lenchas y jotas cuyos puntos de vista hemos discutido en tardes de coffee. Y weno, yo prometí una manda al elaborar este escrito y era la elaboración de un soundtrack. Weno, la neta es que así rolas lenchas, hay un chingo... y claro, TODAS las lenchas ya las tienen. Así que decidí trabajar un poquito más y armarles una selección un poco menos mainframe... a ver si al menos el 70% del playlist no lo tienen ya... así que cero Ana Torroja, cero TATU, cero Fangoria...
Jeje, puedes bajarte las rolas y la carátula en las direcciones que cada una tiene adjunta y armar tu disco. Las rolas estarán disponibles todo el mes de noviembre, hasta el 15 de diciembre aprox, ya que no pienso abusar de la buena fé de nuestro server patrocinante, ni de su ancho de banda disponible.
Cuenta un chiste: ¿Sabías que el lesbianismo es causado por una enzima? Claro, por una enzima de la otra. Jejeje. Bueno, eso es lo que me han contado, en realidad, hay ocasiones en las que me doy cuenta que de lesbianas sé lo mismo que de fútbol. ¿Por qué será?
Eran los tiempos de la antigua Grecia, tiempos de gloria mitológica, tiempos de Hércules, de Aquiles, de átomos y de etimologías... Estaba la poetisa Safo en el gineceo de la isla de Lesbos, comiéndole el coño a una de sus más dedicadas y pispiretas estudiantas de Introducción a la Métrica Poética, cuando una fugaz epifanía cruzó por su mente... Dejó un momento tan lúdica ocupación, limpióse delicadamente los labios con el vuelo de su capa y volteando a ver la cara de su deleitada alumna, le preguntó: "¿Tú crees que algún día alguien se acuerde de mi?", a lo que la ansiosa y poco cortés alumna seguramente le respondió "Ay we, qué preguntas haces... si ya todas las chicas, we, cuando quieren una comida de coño, aplican la sáfica, we... eres supermegafamosa, we..."
Por un momento deben haberse visto a los ojos en silencio, con una repentina melancolía inundándolas y retornaron a sus lúdicas ocupaciones lésbicas. Y es que, tristemente para ellas, lo que pasaba en el gineceo, se quedaba en el gineceo.
¿Por qué se miraron melancólicas? ¿Por qué esa tristeza? Quizá porque Safo conocía muy bien el lugar que no sólo como lesbiana, sino como mujer, ocupaba en la sociedad que le tocó vivir.
Safo era una mujer cultivada. Y como tal, debió tener nociones de historia antigua. Aún eran tiempos en los que la historia antigua en realidad era historia "a secas". Por lo mismo, debió conocer las leyendas y la tradición oral que relataba los inicios de la humanidad. ¿Y por qué dichas historias deberían ponerla melancólica?
Antes de que la historia existiera, existió la prehistoria. En la prehistoria, el ser humano respondía a instintos e ideas muy básicas. Y uno de sus instintos más básicos era la supervivencia. El primer paso para la supervivencia, fue la creación de la sociedad. La sociedad primitiva consistía en manadas o clanes familiares, muy símiles a las manadas de leones. ¿Y quiénes liderean las manadas de leones? Las leonas, señoras y señores. Las leonas.
Pero ¿Por qué las mujeres lidereaban a las manadas de humanos? Los hombres se pasaban todo el día en el campo, cazando mamuts y tigres dientes de sable. No tenían mucho tiempo para pensar. Las señoras se quedaban en la aldea y se dedicaban a las labores propias de su sexo. A cultivar. A platicar. A preguntarse cosas. Y a investigar las respuestas de sus preguntas. En cierto momento, cayeron en cuenta de la analogía entre la fertilidad de los campos que dan frutos y la fertilidad de la mujer que da hijos y se dieron cuenta del tremendo poder de las mujeres, ya que eran ellas el campo fértil del cual los seres humanos nacen. Las mujeres obtuvieron un gran poder durante este tiempo. Ellas eran las supremas sacerdotisas de la vida y la fertilidad. La analogía Madre Tierra / Madre Mujer lo era todo. El mundo era un matriarcado.
¿Pero qué pasó entonces? Conforme las sociedades se complejizaban, los roles sociales también evolucionaron. Ya no se trataba de que TODOS los hombres de las tribus salieran a cazar... Unos cazaban y otros administraban. Y cuando el hombre se dio el tiempo de pensar, no le gustó lo que vio. ¿Por qué la mujer debía tener todo el poder? Evidentemente, él era quien fertilizaba la tierra y sin él, la mujer era un campo estéril, ¿no? Bueno, esas cosas y más, el hombre comenzó a pensar. Y poco a poco, el hombre comploteó contra la mujer. Comenzó a invadir los ámbitos que ésta dominaba: la religión, el liderazgo político.
Y así fue como, gradualmente, con el paso de los años (no lustros ni décadas, hablamos de cientos de años), la mujer ni cuenta se dió, cuando se encontró encerrada en su casa, llena de hijos, sin derechos políticos, sociales, ni personales y subordinada a un hombre.
Safo lo sabía, no era tonta. Y por lo mismo, sabía que difícilmente algún día llegaría el día en que su trabajo sería reconocido a la par que el trabajo de los hombres. De sus poemas, pocos han llegado a nuestros días y más que la belleza que pudiera emanar de ellos, a Safo la recordamos por un mero detalle de su vida: era lesbiana y lo plasmó por escrito. El amor de una mujer por otra. Y gracias a ella y sus poemas, las mujeres lesbianas contaron con uno de los poquísimos privilegios que han tenido a lo largo de la historia, tuvieron un nombre con el cuál referirse a ellas: sáficas, de Safo de Lesbos. Lesbianas.
Menudo privilegio, deben pensar. Pero tomemos en cuenta que a lo largo de la historia, las lesbianas debieron enfrentar una doble invisibilidad, la de ser mujeres y la de ser lesbianas. Las invisibles dentro de las invisibles.
En una sociedad falocrática como la que rige este mundo, el pene es la representación del poder, el resumen de la esencia masculina que gobierna la sociedad y todas sus facetas, entre las que se cuenta la sexualidad. Durante la Edad Media, periodo en el que se estableció la lista de pecados con los que la iglesia católica ahora nos agobia, se determinó que la sodomía sería castigada con hoguera y azotes y toda la parafernalia, pero se determinó que el coito immisio veretri (penetrativo) era indispensable para hablar de sodomía. Entonces... ¿y si dos mujeres realizaban actos impuros entre ellas? En su inmensa arrogancia falocentrista, acabaron por determinar que primero, investigarían si la susodicha utilizaba utensilios de formas fálicas para complacerse o complacer a su compañera de pecado... y en caso que no, un examen ginecológico determinaría si una de las dos tendría un clítoris muy grandote que pudiese usar como símil de un pene con otra mujer y de esa manera, poderla procesar como sodomita en toda la regla... a ese grado llegó la fijación fálica. Finalmente, si no había nada fálico involucrado... sólo las rapaban y las dejaban en paz. O las acusaban de brujería (aunque por lo regular para esto último, involucraban un coito penetrativo con el diablo).
Y es que un hombre en realidad jamás ha podido imaginar que dos mujeres puedan disfrutar un acto sexual sin penetración. Es tal su arrogancia, que consideran al pene un todopoderoso dador de placer sexual, indisplensable si se desea alcanzar un orgasmo. Bien decían en la época victoriana, para excusar la falta de legislación contra el lesbianismo (a diferencia de la durísima penalización de la homosexualidad masculina), "¿Qué pueden hacer dos mujeres solas en una habitación?"
Las lesbianas, al ser mujeres, nunca fueron relevantes ni de interés de los científicos. Los pocos estudios que existían hasta antes del siglo XX se limitaban al estudio de la homosexualidad masculina. Fue hasta los primeros movimientos de liberación sexual de finales del siglo XIX que las lesbianas comenzaron a tener cierto protagonismo. La Alemania de pre-guerras fue la cuna de los primeros movimientos de este tipo, al contrario de lo que se cree con la revolución sexual de los años 70 del siglo XX.
Los colectivos homosexuales, al verse pequeños, buscaron aliados, y las primeras en apuntarse al conglomerado de movimientos, fueron las feministas, entre cuyas filas aparecieron las lesbianas, tanto tiempo ignoradas. Juntos, lucharon por hacerse escuchar. Y por primera vez, las lesbianas tuvieron protagonismo histórico. Participaron con las sufragettes en Inglaterra para la exigencia del voto femenino. Dirigieron simposiums y congresos en Alemania, Francia e incluso en Estados Unidos.
Lamentablemente, con las guerras mundiales, todo el trabajo científico y social realizado en Europa se perdió y tuvieron que empezar casi de cero. Pero es también cuando comienzan a tener figuras públicas que les dan fuerza moral, al menos, como roles a seguir. Aparecen Mae West, Joan Crawford, Bette Davis, quienes demuestran a las masas, por primera vez, que una mujer no tiene que ser sumisa y abnegada. Las mujeres también pueden ser dominantes. Nacen los estereotipos también, siendo que Joan Crawford se vuelve el primer referente de machorra, con lo cual, para bien o para mal, las lesbianas entran de lleno al imaginario social de la masa (con mala pata, claro está).
A mediados del siglo XX, aparecen los primeros estudios serios de la sexualidad, con personajes tales como Kinsey, o Masters and Johnsons. Es en este momento de la historia en que se realiza un enormísimo descubrimiento histórico (que las lesbianas llevaban siglos sabiendo, claro está): hay más tipos de orgasmos, además del vaginal, ya que se descubre el orgasmo clitorídeo... y el mundo lésbico nunca volvió a ser el mismo. Y claro, que fue aquí cuando nos cayó el veinte... "¡Ahh, entonces ESO es lo que hacen dos mujeres solas en una habitación!"
En los 70's, las lesbianas hicieron otra aparición en público... y nuevamente, no fue la mejor posible... se popularizó el cine porno con lesbianas dándole con tooooodo... pero claro, para deleite masculino. Y es que, dado que la mujer siempre ha sido vista como objeto, el hombre no podía dejar de disfrutar tener no uno, sino dos objetos al mismo tiempo para su deleite. Y aquí surge la pregunta... ¿Por qué un hombre siente tanta repulsión y/o asco hacia el acto homosexual masculino, pero le importa tan poco que una mujer se acueste con otra (incluso, le excita la idea)?... Hasta Diego Rivera lo decía, le perdonaba a Frida Kahlo que se acostara con cualquier mujer, pero ay de ella que se acostase con un hombre, pues no se la acababa.
La respuesta, de nuevo, es más simple de lo que uno cree. La mujer ha sido y se considera un ente inferior, producto de esa misoginia derivada del miedo a perder el poder que los hombres lograron al emanciparse del matriarcado prehistórico. Cuando un hombre actúa con atributos femeninos (no ser afeminado per se, sino actos socialmente definidos como femeninos, como ser penetrados o dominados sexualmente por otro hombre), subconscientemente se asocia ese acto al desperdicio o incluso, desprecio de ese individuo a su poder como varón. Y el poder se conserva a través de la cohesión. Así que si un hombre actúa en contra la hegemonía del status quo de poder establecido, es excluido de la cúpula masculina e incluso, vejado y despreciado ("anda, quieres ser mujer, serás tratado como tal"). Y si dos mujeres se ensalzan en un acto lésbico... qué más da, si ninguna de las dos tiene ningún tipo de poder social, no importa.
A medida que el tiempo ha pasado, las lesbianas han logrado por fin obtener una mejor imagen pública e incluso, han redoblado su participación en la esfera pública y en el actual desarrollo de las acciones que el colectivo homosexual ha comenzado. Fue una lesbiana la primera en desclosetarse en televisión, en Prime Time. Fue una pareja de lesbianas, la primera en casarse en Estados Unidos. Fue una legisladora lesbiana la primera en discutir y proponer una agenda de derechos homosexuales en México. Fue una pareja de lesbianas la primera en obtener una custodia infantil como pareja del mismo sexo en España. Y nadie duda que ellas son un importante pilar del movimiento homosexual del mundo.
Como nota personal tendría que acotar que a las lesbianas siempre les habré de admirar su espíritu de lucha y el tremendo poder de voluntad que han requerido para vencer la doble invisibilidad social de mujeres y homosexuales. El mismo gremio homosexual ha actuado, por mucho tiempo, con indiferencia o incluso con desdeño hacia las mujeres. Y es que bien dicen, que no hay peor discriminador que el discriminado.
Y weno, además, han sido algunas lenchas las que me han dado algunos de mis momentos más divertidos. Como escuchar hablar de los labios de Angelina Jolie y las múltiples fantasías orales que despiertan en la comunidad lencha (inserte aquí la imagen de montón de mujeres suspirando nerviosas mientras ponen su mano en su busto sudado y agitan presurosas y nerviosas su abanico). O aquellos debates entre las clasificaciones de lenchas y jotas. Sacar a relucir los estereotipos de cada gremio suele ser divertido. Dicen que si uno no puede reirse de un insulto (en este caso, un insulto social), te lo mereces!
Ahh... cómo olvidar a las lenchas lipsticks... aquellas lenchas lindas, cute, con cuerpos superhot tipo Pamela Anderson y rostros de modelo de Lancome... típicas de los antros cancunenses en springbreak... o las lenchas camioneras, las famosísimas butchies, como la guardia de seguridad de la Cruz Roja en Veracruz... je... Personalmente, uno de mis personajes lenchos favoritos EVER ha sido el personaje de "Ellen" en la serie "Son of the Beach", dónde ella es una butchie que viste camisas de franela roja a cuadros sin mangas y tanktops blancas, pelo corte militar, y atiende un puesto en la playa de "Tacos de Pescado de Ellen" a donde B.J. Cummings, la sexy straight salvavidas tipo Pamela Anderson (pero el triple de pendeja), acude siempre en busca de consejo a sus tribulaciones existenciales (y donde Ellen siempre le dice "y qué, BJ, ¿cuándo te comes un taco de pescado conmigo y las chicas?").
En fin... qué bueno, este escrito no pretende ser serio, históricamente exacto, o académicamente eximio. Lo he escrito en base a muchos libros que he leído con el paso del tiempo y los cuales ya no tengo en mis manos, así como en conversaciones y discusiones con lenchas y jotas cuyos puntos de vista hemos discutido en tardes de coffee. Y weno, yo prometí una manda al elaborar este escrito y era la elaboración de un soundtrack. Weno, la neta es que así rolas lenchas, hay un chingo... y claro, TODAS las lenchas ya las tienen. Así que decidí trabajar un poquito más y armarles una selección un poco menos mainframe... a ver si al menos el 70% del playlist no lo tienen ya... así que cero Ana Torroja, cero TATU, cero Fangoria...
Jeje, puedes bajarte las rolas y la carátula en las direcciones que cada una tiene adjunta y armar tu disco. Las rolas estarán disponibles todo el mes de noviembre, hasta el 15 de diciembre aprox, ya que no pienso abusar de la buena fé de nuestro server patrocinante, ni de su ancho de banda disponible.
im famous!!!
ResponderBorrarim freakin fuckin famous!!!
IM OPRAH!! IM OPRAH!!
eat my dust, dehesa!!
Kike:
ResponderBorrar¡Sublime!
ya fui a ver la revista electrónica de Kike...Kikeee soy tu paisa!!
ResponderBorrark ClaSe d LeNChA iNcUlTA sOY??? grax kike por esta mpapada de cultura ke me acabas de dar... me ncanto tu scrito!!!!
ResponderBorrarkike: genial post ;)
ResponderBorrarme encantó tu narrativa..
muchas felicidades...