¿Donde quedo mi lenchez?

Como habrán notado, últimamente Memoirs ha estado abandonadón. Lesbicienta anda perdida, se fue de gira artística al DF y desde entonces nadie ha sabido de ella. La Lencha anda de corta-venas con su crisis pre-treinta, estoy pensando bajarle algunas cancioncitas con violín de fondo para acompañarla en su pena.

Yo por mi parte, atravieso una crisis de alenchosidad. Sí, de no-lenchez. Mi sentido de la papaya anda apagadón. Y es que hasta la Lencha que es reprimidona va a más antros y tiene más amigas lenchas.

Yo me levanto temprano, voy al trabajo y la vida se me va entre pendientes, presentaciones y revisiones. Mis placeres en estos días son bastante simples: el juego de ajedrez entre pendiente y pendiente, el café después de la comida, el brownie cuando me falta azúcar y uno que otro programa de tv que me haga sonreír.

Hablo con Ro en la mañana y en la noche, a veces la interrumpo en clases sólo para decirle alguna tontería porque la extraño. Lo bueno es que pronto vendrá a visitarme, estoy contando los días.

Cuando me "aloco", me voy a tomar una cerveza con una amiga y su novio, pero a la 2ª cerveza ya nos dio sueño y regresamos temprano. Cuando me siento sola, voy a ver a una amiga para platicar y para ver a su bebé, su esposo está trabajando en otra ciudad.

Mis amigos de verdad son bugas. Mis amigas lenchas o están lejos o su amistad no me satisface. Algunas me asustan y otras, tristemente, me aburren.

Siento mi lado lencho totalmente descuidado y a la vez, reprimido. El trabajo no me permite relajarme, ni alocarme tanto como quisiera. Basta con poner un pie en un antro gay para toparme con gente que puede quemarme en dos segundos.

Lo más lencho de mi vida es Memoirs y paradójicamente, no tengo nada lencho qué escribir.

Lenchas, estoy en crisis.