Una mega historia de amor: reencuentro en la playa

Just like a star across my sky,
just like an angel off the page,
you have appeared to my life.
Feel like I'll never be the same,
just like a song in my heart,
just like oil on my hands,
honored to love you.

"Like a star" Corinne Bailey Rae

Después de ¿cuántos años? Ro vino a visitarme a mí. Podría decirse que todo empezó cuando ella llegó, un jueves en la noche al aeropuerto, pero lo cierto es que este viaje empezó mucho antes.

Hace 9 meses nos despedimos en los Alpes Michoacanos, después de que conocí a mi suegra. Y aunque nos fue bastante mal esa vez, nuestro amor se fortaleció bastante desde entonces. Puedo decir sin temor a equivocarme que en estos meses nos hemos llevado mejor que nunca, ya no hay dudas, los temores son los menos y por lo tanto, casi no peleamos.

En mayo cumplimos 3 años -ahorita ya vamos para los 3 años y medio- y desde comienzos del verano teníamos intención de vernos, sin embargo, yo todavía no podía tomarme vacaciones por cuestiones del trabajo, así que las pospusimos para septiembre.

Recuerdo que por esos tiempos, fui un día de compras con mi mamá y ella me preguntó cuándo me iba a tomar vacaciones.

- Pues pronto, yo supongo en octubre.
- ¿Y qué has planeado?
- Pues quiero pasar mis vacaciones con Ro- desde que salí del clóset con mi mamá, ya no me gusta mentirle.
- Ahhh ¿y vas a ir a verla o ella va a venir a verte?
- Pues me gustaría mucho que ella viniera porque ya tengo coche y puedo pasearla, además no quiero gastar tanto.
- Sí, mejor que ella venga- mi mamá tiene cierto temor de que yo me vaya y no vuelva.
- Sí, quiero aprovechar y pasearla, no sé, llevarla a la playa.
- ¿A Cancún o a Playa del Carmen?
- No, yo creo que a Progreso, no tengo tanta lana.
- ¿Y porqué no se quedan en la casa? Para que no gasten tanto.
- ¿En serio mamá?
- Sí, claro.
- Pero, no quiero incomodarte...
- No, no hay ningún problema.
- Bueno...

La verdad mi mamá me sorprendió mucho y cuando se lo conté a Ro, primero me dijo que le daría mucha pena quedarse en mi casa, pero después de unos días, me dijo que confiaba en mí y que apoyaría la decisión que yo tomara.

Después de un tiempo decidí que lo mejor sería estar en un hotel para poder estar solas a gusto y para no incomodar ni a Ro, ni a mi mamá. Escogí la playa de Progreso porque es un lugar tranquilo y porque está cerca de Mérida.

Corrimos la fecha del viaje varias veces, para que Ro no perdiera exámenes y exposiciones y para que pudiera venir después de que su mamá saliera de viaje y así poder aprovechar su ausencia.

Una semana antes, cambiamos el boleto por segunda vez, pero por fin teníamos fecha: jueves 18 de octubre. La espera se me hizo eteeeerna, pero cuando por fin llegó el día, yo todavía tenía que esperar hasta las 9 de la noche que Ro llegara.

Después de casi 3 años, ella por fin regresaba a la tierra que me vio nacer.

Aproveché el día para prepararme: dormí hasta tarde, me di mi baño de princesa, me puse a lavar algo de ropa, fui a comprarme un stereo nuevo para mi coche, me compré un par de playeras y un short, empaqué, me súper arreglé, me despedí de mis papás y me fui volando al aeropuerto.

El corazón me latía apresurado, llegué al aeropuerto pensando que Ro ya había llegado pero su vuelo se atrasó y espere 20 minutos que se me hicieron larguísimos. Finalmente, empezó a salir la gente de su vuelo, yo trataba de visualizarla entre todos los pasajeros. A lo lejos vi una figura delgada de cara alargada que se me hizo familiar, vi como ella se inclinaba para tratar de coincidir con mi mirada, pero la gente de adelante nos tapó la vista.

Ella fue por su maleta y esperé. Pasaba el tiempo y no salía y no salía, así que tomé el celular y le llamé.

- Hola, ¿tú eres la de azul?
- No, no estoy de azul.
- Bueno, de verde.
- Jajaja, algo así.
- Es un verde azulado o un azul verdoso.
- Tú estás de negro ¿verdad?
- Sí, mi amor. ¿Cómo estás?
- Ay, me estoy muriendo de hambre...
- Yo también, si quieres pasamos a cenar y luego ya nos vamos a la playa.
- Me parece bien mi vida.
- ¿Te das cuenta de que ésta es la última vez que vamos a hablar por teléfono en algún tiempo?
- Sí...
- ¿Cómo va tu maleta?
- No sale todavía
- Haz que salga
- Jajajaja, ojalá pudiera.
- Haz que salga
- Jajajaja
- Ya está la maleta, ya voy para allá.
- Ok, ahorita nos vemos.

La vi acercándose a mí y me parecía increíble que ya estuviera aquí. Nos abrazamos muy muy fuerte, la ayudé a cargar sus cosas y nos fuimos al coche. Apenas estuvimos dentro, nos besamos con ganas, gracias a que me estacioné estratégicamente en un lugar oscuro.

Le mostré mi autostereo nuevo y pusimos algo de música. Ella abrió una bolsa y sacó un lindísimo tulipán aplastado. No quería dejar de besarla.

- Creo que mejor nos vamos directo al hotel.
- ¿De verdad amor? Pero te estás muriendo de hambre
- No importa, ya quiero estar contigo.

Pasamos por una tienda, compramos un sándwich y algunas chucherías y tomamos el camino para ir a la playa. Antes de salir a carretera, no pude evitar buscar una callecita oscura para darle un beso-beso. En el camino mi novia linda iba dándome de comer y dándome besitos. Todo el tiempo me abrazó y me robó besos mientras manejaba. Es súper hot manejar cuando alguien no puede quitarte las manos de encima. Sólo hay que tener mucho cuidado de no quitar los ojos de la carretera.

Llegamos al hotel, metimos nuestras cosas, prendimos el aire y por fin estábamos solas...



ESTA HISTORIA CONTINUARÁ.


Si quieres leer las partes anteriores de esta mega historia de amor, haz click en estos enlaces:

1. El inicio
2. Empieza la locura
3. El primer encuentro
4. Ella vino
5. La incertidumbre del primer año
6. Retomando la historia
7. La espeluznante historia de cómo conocí a mi suegra

Y para responder a algunas de sus inquietudes: Consejos para las relaciones a distancia